sábado, 1 de marzo de 2008

desde el balcón

No le tengo pánico a las alturas, no. Siento más bien cierto gusto en mirar las cosas desde arriba. Lo que sí tengo, siempre, son muchas ganas de caer. Y no es que quiera suicidarme, o al menos no conscientemente. Pero no puedo evitar las ganas de saltar cuando estoy a una gran altura.
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No pude evitarlo en aquella fiesta de despedida de la vida universitaria, en la que el alcohol en mis venas me hacía sentir como si estuviera en el piso 20, a pesar de estar solamente en el 4. Igual, mirar hacia el cricket de madrugada desde aquel balcón me provocaba unas inmensas ganas de saltar. Le preguntaba a Oma, que estaba a mi lado (y a quien supuestamente había ido a salvar ya que jaz bromeaba con que seguro quería suicidarse), cuánto tiempo demoraría mi cuerpo en caer. E intentaba recordar alguna fórmula física con la que pudiera calcularlo.
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Tampoco pude evitarlo en aquella casa antigua y abandonada en la plaza de Cienfuegos. Mirando el mar a lo lejos y las casas viejas de aquella encantadora ciudad. Menos puedo evitarlo desde el balcón de piso 15 en el departamento de jc. Y así, mientras huyo del humo del cigarro de todos los que están adentro, juego a mirar los carros pasar por la avenida, cuento las palmeras perfectamente alineadas y me asombro con el hecho de poder ver mi casa desde ahí.

¿Será que esta es una de las formas en que se expresa mi pulsión de muerte?



: sí, puedo ver mi casa desde aquí :

Quizá sí le tenga un poco de pánico a las alturas. Después de todo, a pesar de las inevitables ganas de saltar, creo que no me atrevería a hacer parapente ni bungee jumping...¿o sí?





quiero una casita con balcón

1 comentario:

María Laura dijo...

a mi me dan ganas de saltar pero por el terror que siento cuando estoy en alturas.

siento un miedo tan terrible que deseo saltar para morir y dejar de sentirlo.

y aún no entiendo porque no pienso primero en la opción de bajar de dónde esté. lo primero hacia lo que tiendo es hacia saltar. en serio. eso me pasa hace años.

por eso prefiero no estar en alturas, no vaya a ser que por cojuda un día de estos me mate.