jueves, 20 de septiembre de 2012




"eres tan moderno que mis caricias ya son anticuadas..."

jueves, 23 de agosto de 2012

“No Speak English”, from The House on Mango Street by Sandra Cisneros


 Mamacita is the big mama of the man across the street, third-floor front. Rachel says her name ought to be Mamasota, but I think that´s mean.
The man saved his money to bring her here. He saved and saved because she was alone with the baby boy in that country. He worked two jobs. He came home late and he left early. Every day.
Then one day Mamacita and the baby boy arrived in a yellow taxi. The taxi door opened like a waiter´s arm. Out stepped a tiny pinky shoe, a foot soft as rabbit´s ear, then the thick ankle, a flutter of hips, fuchsia roses and green perfume. The man had to pull her, the taxicab driver had to push. Push, pull. Push, pull. Poof!
All at once she bloomed. Huge, enormous, beautiful to look at from the salmon-pink feather on the tip of her hat down to the little rosebuds of her toes. I couldn´t take my eyes off her tiny shoes.
Up, up, up the stairs she went with the baby boy in a a blue blanket, the man carrying her suitcases, her lavender hatboxes, a dozen boxes of satin high heels. Then we didn´t see her.
Somebody said because she´s too fat, somebody because of the three flights of stairs, but I believe she doesn’t come out because she is afraid to speak English, and maybe this is so since she only knows eight words. She knows to say: He is not here for when the landlord comes, No speak English if anybody else comes, and Holy smokes. I don’t know where she learned this, but I heard her say it one time and it surprised me.
My father says when he came to this country he ate hamandeggs for three months. Breakfast, lunch, and dinner. Hamandeggs. That was the only word he knew. He doesn’t eat hamandeggs anymore.
Whatever her reasons, whether she is fat, or can’t climb the stairs, or is afraid of English, she won’t come down. She sits all day by the window and plays the Spanish radio show and sings all the homesick songs about her country in a voice that sounds like a seagull.
Home. Home. Home is a house in a photograph, a pink house, pink as hollyhocks with lots of startled light. The man paints the walls of the apartment pink, but it’s not the same, you know. She still sighs for her pink house, and then I think she cries. I would.
Sometimes the man gets disgusted. He starts screaming and you can hear it all the way down the street.
Ay, she says, she is sad.
Oh, he says. Not again.
¿Cuándo, cuándo, cuándo? she asks.
¡Ay caray! We are home. This is home. Here I am and here I stay. Speak English. Speak English. Christ!
¡Ay! Mamacita, who does not belong, every once in a while lets out a cry, hysterical, high, as if he had torn the only skinny thread that kept her alive, the only road out of that country.
And then to break her heart forever, the baby boy, who has begun to talk, starts to sing the Pepsi commercial he heard on T.V.
No speak English, she says to the child who is singing in the language that sounds like tin. No speak English, no speak English, and bubbles into tears. No, no, no, as if she can’t believe her ears. 

miércoles, 15 de agosto de 2012

Las carreteras de este país son anchas y todas igualitas. O así las veo yo. Mirar por la ventana no me da ninguna pista de dónde puedo estar. Yo extraño la Panamericana y mirar el Océano Pacífico a través de la ventana. O la Carretera Central e ir observando cómo los cerros cambian de colores, sorprendiéndome por curvas y abismos. 

En el asiento de atrás hay un hombre asiático que no deja de hablar por teléfono. Yo me siento fastidiada por su falta de consideración. Quizá también por no entender lo que dice, o porque su idioma me suena muy extraño y feo. Y después me reprocho a mí misma por haberme agringado así. Pero saca algo de comer y el olor que se viene hasta mi asiento me fastidia nuevamente. 

En el asiento de adelante hay una pareja de ancianos, white americans. En la cola para subir al bus, casi casi me empujaban de lo apurados que estaban por entrar y coger asientos juntos, imagino. No han hablado en todo el camino. 

Todavía faltan tres horas para llegar. Ya es de noche y mirar por la ventana me da ahora incluso menos pistas de dónde estoy. 

viernes, 10 de agosto de 2012


“So it seems clear to me now: the woman has to throw an anchor back to the girl she left behind, the girl who’s just barely treading water, the girl who is still worrying about why she’s so shy and timid and not dressed nice enough. 
The woman who forgets the girl she harbors inside herself runs the risk of meeting her again –as I did- in the lonely space of a house that is her own in name only” (Ruth Behar)

lunes, 6 de agosto de 2012

La(s) Despedida(s)

No sería exagerado decir que en los últimos diez años se habrían despedido unas quinientas veces. Por supuesto, ninguna de aquellas despedidas había logrado ser la definitiva. Por cuestiones del amor, del destino o quizá de la costumbre y la soledad, si hubo quinientas despedidas pues hubo también quinientos y un reencuentros. 

Igual, cada una de las despedidas tenía su dosis de tragedia. Siempre se pensaba que en verdad aquella podría ser la última. Ella casi siempre lloraba; a veces, unas cuantas lágrimas, otras, desconsoladamente. Las despedidas habían tenido lugar en muchos lugares distintos: una cama de hotel, un café, un restaurante, un bar, el carro de ella o el de él, una banca de parque, un museo. 

La última de las despedidas fue después de una conversación triste y extraña. Él estaba pensativo, hasta perplejo. Ella, que ya casi fracasaba en el intento de contener el dolor que había sentido durante todo el día, mientras caminaban por la calle, estaba en silencio. Él bajó del taxi apresuradamente y casi no se despidieron. En la última despedida casi no hubo despedida. 



jueves, 26 de julio de 2012

Ay Lima...

He regresado a Lima después de 10 meses fuera. He ansiado tanto retornar. Pero también lo he hecho con miedo. Después de dos años allá, mi vida no está allá del todo, aunque tampoco acá. Intento ya no torturarme con esto de estar en el medio y en ningún lado. Intento.

El hecho es que mi regreso a Lima estuvo marcado en un inicio por la estupefacción. He luchado mucho contra mí misma al darme cuenta que me sentía abrumadísima por esta Lima en la que siempre pasa algo. Trataba de convencerme a mí misma de que no se trataba del clásico y estúpido "me molesta el tráfico, la bulla, el desorden". ¿En verdad estaba sintiendo todo aquello que siempre he criticado? Después de algunas semanas, me di cuenta que la diferencia entre Lima y Cambridge no era tanto el que aquí pasaran más cosas que allá (aunque sin duda eso también es cierto). Las calles de Lima son siempre estímulos constantes. Pero creo que la diferencia radica sobre todo en que aquí me es imposible ser indiferente a lo que pasa a mi alrededor. Esto sin duda dice mucho de la poca relación real que he llegado a establecer con Cambridge como ciudad. Pero la verdad es que todas las sensaciones que me provoca Lima tienen que ver con el intenso amor que siento por esta ciudad. La vida aquí puede ser más difícil en muchos sentidos, pero pienso que es también más bonita. 

*

Me quedan solo unos pocos días más en Lima y me cuesta mucho partir. La verdad es que no imaginé que se me haría tan difícil...pensaba que ya tenía más controladas las sensaciones ambiguas respecto a estar en dos lugares y en ninguno. Pero no. Aquí estoy de nuevo, con la tristeza infinita y sin nadita de ganas de regresar...

domingo, 8 de julio de 2012

gimnasio

soy la más joven en mi horario del gimnasio.
observo la grasa de los cuerpos
de las otras mujeres
mientras se ejercitan,
observo sus arrugados rostros,
escucho sus aburridas conversaciones

fantaseo sobre sus -seguramente miserables- vidas
y pienso que esta podría ser
la hora más interesante de sus días.

siento lástima

y sin embargo, unas horas después,
sentada frente a esta pantalla
y sin saber qué hacer conmigo
descubro que
soy en realidad
una más de ellas.

jueves, 10 de mayo de 2012

"6. 
- Today is the first of August. It is hot, steamy and wet. It is raining. I am tempted to write a poem. But I remember what it said on one rejection slip: After a heavy rainfall, poems titled RAIN pour in from across the nation."


(The Journals of Sylvia Plath)


sábado, 5 de mayo de 2012

De estrellas y lunas

Hace algunas semanas, cuando regresaba a casa luego de ver una película maravillosa, me topé con muchos telescopios en los jardines de la municipalidad y alguna gente haciendo cola para mirar a través de ellos. Decidí entonces colocarme en una de las colas también. Y luego en otra. Y otra más. Miré varias estrellas esa noche. Ninguna, sin embargo, me habló particularmente. No me parecieron muy distintas de las que normalmente veo en el cielo. 

Hoy es el día del año en el que la luna está más cerca de la tierra. Y yo en verdad espero que me hable un poquito al oído. 

de aquí

P.D.: Dilan me cuenta que hoy es también cumpleaños de Marx. La luna de hoy será especial sin duda :)

jueves, 3 de mayo de 2012


Esta tristeza mía...

jueves, 26 de abril de 2012



"Una banda de chirigües 
le vino a dar un concierto..."

domingo, 15 de abril de 2012

hace solo algunas horas dormías a mi lado. sobre mi cama

pero ahora ya no estás.

yo había decidido perdonar tus ronquidos. y tu insomnio. incluso tu odioso hábito de irte a dormir al otro extremo de la cama. qué más da.

pero ahora ya no estás.

sábado, 24 de marzo de 2012

Patty.Cami.Til
Ottawa, Marzo 2012

miércoles, 29 de febrero de 2012

c'est l'air

"D’où viennent ces influences mystérieuses qui changent en découragement notre bonheur et notre confiance en détresse? On dirait que l’air, l’air invisible est plein d’inconnaissables puissances, dont nous subissons les voisinages mystérieux."

(Guy de Maupassant, Le Horla, 1887)

lunes, 27 de febrero de 2012


Laura estuvo aquí de visita por una semana. El viernes antes de su partida, mientras caminaba a mi clase de francés, el cielo se caía en pedacitos. Literalmente. No era nieve ni granizo sino pedacitos de cielo los que caían. El examen de francés no estuvo difícil, creo. Pero no supe un par de palabras del vocabulario. De regreso a mi casa, llamé a mamá para llorar un poquito con ella por mi tristeza de la partida de Laura. Ya no habían más pedacitos de cielo cayendo.

Laura se fue pero dejó mucho dulce para lidiar con la tristeza de su partida. Tres leches, raspberry cheesecake y carrot cake.





miércoles, 22 de febrero de 2012

"We must rid ourselves of the delusion that it is major events which most determine a person. He is more deeply and lastingly influenced by the tiny catastrophes of which everyday existence is made up, and his fate is certainly linked predominantly to the sequence of these miniature occurrences." (Siegfried Kracauer, The Salaried Masses)