viernes, 26 de febrero de 2010

Precious

Una de las primeras cosas que nos llamó la atención al caminar por Buenos Aires fue la gran cantidad de gente blanca. Ni en Paris, ni en Madrid, ni en Toronto (que antes de conocerlas imaginaba como ciudades más "blancas") había sentido algo parecido; todo lo contrario, me había impresionado la gran diversidad de colores de piel de las gentes.

En Buenos Aires, en cambio, nos sentíamos totalmente "otros". Y, por supuesto, la gente no tardó en hacérnoslo notar. La categoría que usan para referirse a gente no blanca es "negros". De pronto,nuestras singularidades se vieron disueltas en una categoría en la que nunca nos habíamos imaginado.

Siempre es más fácil categorizar a los demás que hacerlo con uno mismo. Más en el Perú, donde las categorías son tan variadas y hay tantos matices. Y donde uno puede habitar múltiples categorías, según donde y con quien esté.


Aunque la discriminación nunca ha sido ajena en mi vida cotidiana, cuando uno está en su lugar tiene ciertas armas con las cuales responder. Tiene ciertas seguridades que neutralizan aquellos rasgos menos prestigiosos socialmente. Allá, en cambio, éramos simplemente "unos negros".

En Precious, la protagonista se mira al espejo y su reflejo no es la mujer negra y obesa que es en realidad, sino la deseada imagen de una mujer rubia, blanca y delgada. A lo largo d
e mi vida, sin duda muchas veces yo también me he mirado al espejo con un deseo similar. Y aunque seguramente todavía lo hago un poco, ahora puedo decir que estoy muchísimo más reconciliada con mi propia imagen. Ahora puedo decir que me gusto, negra, chola o como quieran llamarme.

domingo, 14 de febrero de 2010

bs as


"una vez, en buenos aires, me di cuenta, que existen las fantasías pero también existe el amor verdadero, sin ese no puedo seguir entero porque me falta lo más importante..."