Desde hace un par de semanas ando pidiéndole a la gente de la residencial santa cruz que me cuente su vida. Y he venido encontrando cosas muy interesantes, de todo tipo. Esto, como parte una investigación sobre conjuntos habitacionales de un profesor de la universidad.
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Me encanta conversar con la gente y que me cuenten sus cosas. Me gusta cuando la entrevista es más una conversación y me cuentan cosas que van más allá de las que inicialmente buscaba, cuando la memoria se activa y afloran recuerdos que parecían escondidos. También las buenas cosas que te desean al despedirte, los consejos, el vínculo que se establece ahí, aunque dure solo ese instante.
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La primera vez, un señor se despidió de mi deseando que encontrara un buen esposo y que fuera feliz. Otras veces, desean que tenga muchos hijos o que me vaya muy bien laboralmente ("así será, lo veo en tus ojos"). Los consejos son más graciosos: nunca dejes de trabajar cuando te cases (es horrible ser ama de casa, engordas), nunca confíes demasiado en tu marido (acompáñalo cuando salga), cultiva buenas amistades, reza a diario (encomiéndate a dios).
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Disfruto mucho de escuchar las miles de cosas que las personas tienen que contar...