jueves, 26 de febrero de 2009

febrero

y hoy finalmente me contaron que febrero es el mes de la locura. no pudieron explicarme por qué, pero lo afirmaron con certeza. quién diría...

chau febrero, chau, chau, chau.

jueves, 19 de febrero de 2009

Don Víctor

Don Víctor tendría alrededor de 70 años, no demasiados. Quizá contribuyó el que no haya tenido acceso a un buen médico, a un buen sistema de salud.
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Papá lo conoció a finales de los 80, cuando entró a trabajar a esa ONG en la que él trabajaba como guardián. Se hicieron amigos y unos años después, él y su esposa, la Sra. Delfina, les pidieron a mis papás ser padrinos de sus dos hijos menores.
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De niñas, siempre íbamos a pasar el día a la casa en Chosica donde vivían como guardianes. Edwin, Néstor, María, Ingrid y Pepito siempre nos recibían contentos para jugar con nosotras volley, matagente, a las chapadas, a las canicas...Y la señora Delfina hacía una pachamanca riquísima. En los cumpleaños de mamá o papá, siempre llegaban a la casa con una gallina y una canasta llena de huevos.
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En los últimos años, don Víctor iba a la casa a llevar documentos para papá hasta dos veces por semana. Su puntualidad extrema lo hacía estar parado en la puerta de la casa a las 6:30 a.m. Y siempre se daba tiempo para conversar con Gabo sobre fútbol, y para practicar quechua conmigo.
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Esta madrugada, a las 3:30, el teléfono nos despertó a todos. Era Ingrid, que llorando contaba que su papá había muerto. Papá y Gabo rompieron en llanto y empezaron a contar sus recuerdos. Yo, callada, recreaba también los míos.
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Cuando papá y mamá se fueron al hospital, yo ya no pude volver a dormir pensando en lo injusta que es la muerte; y en que la vida, sin duda, lo es mucho más.

martes, 17 de febrero de 2009

- t: ¿Tú rezas, Gabo?
- g: No. ¿Tú?
- t: Tampoco...

Es un encanto echarme a su lado en la cama, cerrar los ojos y dejar que acaricie mi cabeza consolándome por todo aquello que él no entiende. Y yo tampoco.

martes, 3 de febrero de 2009

de temores y búsquedas...

A los jóvenes limeños de entre 18 y 29 años les asustan principalmente: el SIDA (32%), la falta de trabajo (22%), y los embarazos nos deseados (20%)1.
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Yo soy joven (tengo 23 años) y limeña, y de lo señalado quizá lo que más me preocupe sea el tema del trabajo. Pero lo que me asusta más que nada es la incertidumbre ante el futuro. Antes la gente no tenía muchas opciones y su nacimiento marcaba en gran parte lo que haría por el resto de su vida. Qué aburrido e injusto, sí. Ahora, se supone que somos más libres pero estamos también más solos y desconcertados. Yo lo estoy.
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A mí me asusta el futuro, me asusta la soledad...y me asusto mucho yo misma y todas esas cosas que una siente por las noches, echada en la cama y sin poder dormir...
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Y así, voy por la vida buscando certezas...las consigo a veces, cuando me cogen fuerte de la mano, cuando gabo sonríe y se acerca a darme un beso, cuando mamá dice que me extraña, cuando pienso que sí, que vale la pena seguir aquí e intentar construir algo distinto para todos...
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1. Sondeo de Agosto del 2008 del Instituto de Opinión Pública de la PUCP (www.pucp.edu.pe/iop)